Para la creación de ORIGánika, Juliana Reyes y Paloma Hurtado se plantearon hablar del “origen” como concepto y como materia corporal. Las preguntas pueden parecer u lugar común: ¿De dónde venimos y a dónde vamos?, ¿qué nos diferencia de los demás seres vivos, si todos parecemos venir del mismo lugar?. ¿Cómo es ese ciclo de la vida que empieza y termina? ¿Realmente termina? ¿Nuestra materia vuelve siempre a la fuente de la que partió? ¿La materia se crea y se destruye o sólo se transforma?.
Pocos días antes de empezar el proceso de creación, la madre de Juliana falleció y las preguntas sobre la vida y la muerte adquirieron un matiz más crudo y directo, que transformó la retórica de estas preguntas en una experiencia personal tangible.
A partir de allí, decidieron incluir en la creación a la madre de Paloma, como su pareja fundamental en la escena, para explorar en esa relación madre e hija: el origen, la ascendencia, la vida y sus ciclos, y por supuesto la muerte como parte de ella, fin último o nuevo renacer.
«el origen, la ascendencia, la vida y sus ciclos»
Sus cuerpos están expuestos, desde su naturalidad más cruda. Paloma es bailarina, su madre no lo es. Paloma es joven, su madre no. Paloma conoce el escenario, su madre allí es una extrajera. Paloma la cuida y la guía en el proceso, como su madre lo hizo con ella a lo largo de la vida. Y es en ese encuentro, vital, emotivo, natural y tremendamente orgánico, donde ORIGánika encuentra el camino para hablar de la vida y la muerte como parte del ciclo natural de la existencia.